Un fotógrafo del románico.
La Vanguardia. Lunes, 18 de Septiembre de 2017. Cultura. Página 39. |
Un fotógrafo del románico.
Una exposición redescubre las imágenes de Joaquim Fort, colaborador de Alexandre Deulofeu.
Josep Playà Maset. Barcelona.
Joaquim Fort de Ribot destacó tanto por su personalidad polifacética como por su discreción. Y quizás por eso su figura ha pasado más desapercibida de lo que se merecía. Ahora, sin embargo, el Museu de l’Empordà y la Casa Empordà de Figueres le han dedicado una doble exposición, Fort. El temps no importa (Fort. El tiempo no importa), abierta todavía hasta el día 24 de septiembre, y un catálogo que reubica este homenot en el lugar que se merece.
Su faceta que ahora se pone más en valor es la de fotógrafo, aunque cultivó también la música (tocaba el violín), la pintura (aunque no firmaba los cuadros) y el activismo cultural (fue uno de los impulsores del Museu de l’Empordà, en 1971, junto con el pintor Evarist Vallès y el coleccionista Josep Maria Joan Rosa). Y todo eso sin olvidar su faceta de tertuliano. Su casa pairal de Borrassà tenía siempre las puertas abiertas a sus amigos y era uno de estos señores del Empordà, heredero de una antigua estirpe de propietarios rurales, que sabían practicar el dolce far niente.
Joaquim Fort de Ribot (Figueres, 1924-2005) llegó a tener una colección de más de cinco mil fotografías y doscientas cámaras, desde aparatos de daguerrotipo hasta las primeras máquinas eléctricas y su inseparable Rolleiflex. De este fondo inédito, Josep Algans, comisario de la exposición, ha escogido un centenar de imágenes que ahora se muestran en estos dos espacios. Por una parte hay una selección de fotos de iglesias románicas que forman parte de los recorridos que hacía con su amigo el historiador y farmacéutico Alexandre Deulofeu por toda la comarca, pero también por el Rosselló. Algunas fueron publicadas en varias monografías y en un libro tan conocido como L’Empordà, bressol de l’art romànic (El Empordà, cuna del arte románico), en el que Deulofeu planteaba su teoría de los orígenes ampurdaneses del románico. Son en su mayoría fotografías de los años 50 y 60 que nos muestran unos monumentos donde la belleza de las piedras contrasta con el estado de abandono en que se encuentran. Tanto si se trata del monasterio de Sant Pere de Roda, mucho antes de empezar las restauraciones, como de una pequeña iglesia convertida en pajar. Fort capta detalles arquitectónicos que escapan a la mirada pero también piezas que ahora descubrimos que han sido expoliadas. Por eso sus imágenes son un retrato etnográfico de un tiempo pasado, como lo son también las que capta en las masías o en los pueblos de una Costa Brava de antes de la llegada masiva del turismo.
Su sensibilidad se expresa en los retratos de algunos familiares, de los mossos de la masía, de los amigos, de los niños del pueblo, de un perro… Pero también en su tratamiento del paisaje, «con los grandes celajes aprendidos al lado del pintor Ramon Reig», como destacan los organizadores. Es lo que permite decir que realizaba una fotografía pictórica, vinculada a la llamada escuela de pintura ampurdanesa.
Algunas fotos son «historia» del país. Como la que retratan al pintor Evarist Vallès seleccionando los cuadros que se tenían que colgar en las nuevas salas del museo del Empordà; la de una tertulia en la farmacia de Borrassà; un improvisado concierto de los hermanos Fort en la nave central de Sant Pere de Roda, o una conversación entre Deulofeu, mosén Amadeu y un joven Pitruc en Sant Genís d’Esprac, de Espolla. Demuestran que el tiempo no pasa para la belleza de estas imágenes pero sí para los paisajes que captó su objetivo.
Enlace del reportage en formato «pdf».
Románico en peligro. Iglesia de Sant Esteve de Palau de Sardiaca (Alt Empordà), monumento prerrománico convertido en pajar. Foto: Joaquim Fort.
Parada y fonda. Fort (izquierda) y Deulofeu (a la derecha) en la iglesia de Santa Helena. Foto: Joaquim Fort.