Empordà. Martes, 15 de noviembre de 2016.
Tribun@.
Simó y Deulofeu.
Santi Coll.
Santi Coll. Director.
Dos historias fascinantes. Esto es lo que estos últimos días me ha vuelto a la cabeza a través del oído y la mirada. Escuchar y ver. Y aprender. El jueves por la tarde, en la sala de actos de la Biblioteca Fages de Climent, tuvo lugar una charla magistral protagonizada por Isabel-Clara Simó (Alcoi, 1943). La escritora, periodista y decana de la Institución de las Letras Catalanas fue invitada por la Cátedra Maria Àngels Anglada de la UdG y, como no podía ser de otra manera, habló de manera distendida, abierta y con sentimiento sobre la su etapa como redactora y directora de Canigó.
Siempre con la memoria presente de su marido, el añorado figuerense Xavier Dalfó, Isabel-Clara Simó detalló su llegada a Figueres como profesora del Muntaner y aquellas charlas «maravillosas» que mantuvo con Fages de Climent en el Hostal Armendares. La escritora reivindicó Maria Àngels Anglada «una independentista de las originales» y una autora «única». También desgranó muchas anécdotas con la censura y con aquella etapa final del franquismo que he dejado bien anotadas. A pesar de ser hija de Alcoi, tiene todos los números para ser declarada hija adoptiva de Figueras algún día. «Soy una figuerense más», ha dicho en muchas ocasiones.
Dos días después, el sábado por la noche, fui uno de los sorprendidos al ver el pleno de la platea y los palcos inferiores de El Jardín con motivo de la proyección del documental dedicado a Alexandre Deulofeu. El trabajo es magnífico. Incluso diría que sirve para pasarnos el gato en la espalda, a los ampurdaneses, por no haber sido lo suficientemente atentos a la figura del farmacéutico y pensador. Creo que la participación pública en este proyecto audiovisual la debemos considerar una buena inversión. La tenacidad de Juli Gutièrrez Deulofeu, nieto del gran maestro La Matemática de la Historia y de la prolífica investigación sobre el románico, ha sido clave. Ya sé que Deulofeu no fue ningún Nostradamus. Más bien fue un genio universal que el tiempo se encarga de reforzar cada vez que pasa algo gordo. Siempre podemos decir que él ya había avisado.