«¿Qué es la Matemática de la Historia?» en Sàpiens.
Sàpiens. Número 197. Agosto 2018. Páginas 10-15.
La Brújula. El pasado que explica el presente… y el futuro.
Sección coordinada por Sonia Casas.
Las insólitas teorías de Alexandre Deulofeu.
Ciencia.
¿Qué es la Matemática de la Historia?
¿Se puede predecir la historia? Según Alexandre Deulofeu, autor de una teoría sorprendente, sí se puede porque, inevitablemente, los pueblos de todo el mundo han seguido siempre el mismo patrón de ciclos y etapas históricas.
Texto de Pere Puig con el asesoramiento de Enric Pujol y Juli G. Deulofeu.
Uno de los dichos populares más conocidos y universales dice que si conocemos el pasado podremos entender el presente y construir un buen futuro. El autor de esta afirmación tan categórica es desconocido, pero se podría pensar que desconocía completamente las teorías cíclicas de la historia. Dicho de otro modo, la historia se repite. Durante el siglo XX fueron varios quienes desarrollaron esta idea, como el historiador y profesor británico Arnold J. Toynbee o el filósofo e historiador alemán Oswald Arnold Gottfried Spengler. El primer apreció en la obra Un estudio de la historia de que las civilizaciones sufrían de forma intrínseca ciclos de auge y decadencia, mientras que el segundo iba más allá porque en su trabajo La decadencia de Occidente la historia no sólo era cíclica sino determinista; es decir, que ya está escrita. Sin embargo, al igual que los astrónomos saben que la luna sigue un ciclo de 30 días, ni Toynbee ni Spengler fueron capaces de medir con qué regularidad la historia se repetía. El único que presentó un cálculo fue un catalán hijo de un farmacéutico de Figueres licenciado en Farmacia y Ciencias Químicas, alcalde republicano de su ciudad en plena Guerra Civil Española: Alexandre Deulofeu.
Deulofeu nació en la Armentera el 20 de septiembre del 1903 y se dedicó a la enseñanza y a la actividad política, primero como dirigente de la Joventut Nacionalista Republicana de l’Empordà (Juventud Nacionalista Republicana del Ampurdán) y luego como concejal por Esquerra Republicana de Catalunya (Izquierda Republicana de Cataluña).
Como alcalde accidental de Figueres durante el 1936 actuó en defensa del patrimonio religioso, pero sobre todo prefería sumergirse en el análisis de la Historia, sobre todo porque había una pregunta que no se podía sacar de la cabeza: si las personas nacemos, crecemos y irremediablemente morimos, ¿por qué las sociedades que están formadas por personas no deberían estar sometidas al mismo destino? Deulofeu pensaba en una posible respuesta mientras coqueteaba con la idea de progreso. Convencido de que los regímenes autoritarios eran reliquias del pasado y que el futuro estaba en manos de sociedades más justas y democráticas, el estallido de la Guerra Civil y la derrota republicana fueron una hecatombe tanto para su vida como para sus creencias. En su libro Memòries de la revolució, de la guerra y de l’exili (Memorias de la revolución, de la guerra y del exilio) escribió: «Atravesamos nuestro Ampurdán en unas circunstancias de un dramatismo insuperable. Paso cerca de los míos sin poder verlos, y el corazón se me deshace de añoranza y de miedo por el futuro, ya que me voy dejándolos bajo el peligro de un ejército de ocupación».
Amistad con Francesc Pujols.
El exilio lo llevó a Montpellier, donde vivió hasta 1947 lejos de su mujer y sus dos hijas pequeñas, que se quedaron en Cataluña. Se ganó la vida de mil maneras, pero encontró tiempo libre para dedicarse a su pasatiempo. Dedicaba horas y horas en el estudio de las civilizaciones antiguas en las bibliotecas de Montpellier, Burdeos y Toulouse. Sumerios, egipcios, griegos… Su teoría cogía forma y la compartía con otros exiliados. Un día impartió una conferencia en la Residence des Intellectuels Catalans (Residencia de los Intelectuales Catalanes) titulada «El determinismo histórico y nuestro problema» que llamó la atención del escritor Francesc Pujols, quien citó Deulofeu en una taberna. La conversación termina con trifulca: Pujols calificó de «putrefactas» las ideas de Deulofeu y éste lo tildó de dogmático. Pero poco después los dos hombres hicieron las paces y se convirtieron en amigos íntimos, hasta el punto de que Pujols escribiera el prólogo del primer volumen de las investigaciones deulofeunianas, publicado en 1951. El filósofo de Martorell es el responsable de bautizar estas tesis con el nombre que ha hecho fortuna: la matemática de la historia.
Las civilizaciones: ciclos y etapas.
Según esta teoría, las civilizaciones duran 5.100 años, divididos en tres ciclos de 1.700 años. Que se repetían pero con matices. Durante el primer ciclo las civilizaciones, incapaces de crear una cultura original propia, se inspiraban en otras culturas para construir su identidad. Durante el segundo ciclo, la civilización alcanzaba la madurez, es decir una plenitud social y cultural propia que la hacía incomparable. Y finalmente en el tercer ciclo, equiparado a la vejez, la civilización experimentaba un renacimiento que en la práctica sólo copiaba el apogeo del ciclo anterior y que irremediablemente acababa con su desaparición.
A su vez, cada uno de estos ciclos se dividía en dos etapas: una de fragmentación demográfica o federal de 650 años, y otra de unificación política o imperial de 1.050 años, que comenzaba con la constitución de un imperio que se alargaba unos 550 años. A partir de esta base sólo había que determinar cuál era el punto de partida de cada civilización para saber dónde estaba y qué esperanza de vida tenía.
El mundo académico se apresuró a rechazar su tesis con cuestiones como: ¿qué entendía por civilización? ¿como determinaba cuando nacía? ¿como demostraba empíricamente los cálculos? En una carta a Pau Casals, Deulofeu se hacía eco del rechazo intelectual: «El día que se lo dejé creía que me lo publicarían, pero no ha sido así».
Instalado de nuevo en Figueres en 1947, reabrió la farmacia familiar, pero se pasaba horas en la trastienda intentando completar su teoría y publicar algunas predicciones. En 1951, Deulofeu vaticinó: «el comunismo, a excepción de los pueblos satélites que ya se encuentran hoy bajo su influencia, no se implantará en ningún otro pueblo de Europa. La URSS (…) va hacia la desintegración». Y es que él preveía el fin del Imperio de Moscú antes del año 2000. Como sabemos, la URSS desapareció en diciembre de 1991.
Predicciones incómodas.
Más controvertida fue su predicción sobre el futuro más inmediato de los estados europeos. A pesar del resultado de la Segunda Guerra Mundial, según Deulofeu, Francia y el Reino Unido estaban destinadas a perder poder y a desaparecer. La primera, a finales del siglo XXI y después de una guerra civil, y la segunda, a mediados del siglo XXII con la pérdida de las Malvinas en manos de Argentina. En cambio, para Alemania, Deulofeu tenía buenos augurios: entraba en una etapa de hegemonía conservadora que la convertiría en la única potencia del continente e impondría una pax germanica paternalista al resto de estados hasta principios del siglo XXIV. La predicción era tan políticamente incorrecta, en ese contexto, que no se tradujo al alemán: las autoridades tenían miedo de publicar un nuevo Mein Kampf (Mi lucha).
Aunque Salvador Dalí, amigo de infancia, regaló un ejemplar de La matemática de la historia a Nelson Rockefeller, pocos extranjeros se interesaron por la obra. Pero hay que destacar a dos militares: el venezolano Víctor José Femández Bolívar y el argentino Abelardo Gabancho, padre de la desaparecida Patricia Gabancho. Bolívar encontró un ejemplar en una librería de Caracas y escribió una tesis para la Escuela de Guerra de la OTAN, una copia de la cual terminó en el Pentágono.
A los servicios de Inteligencia norteamericanos no les haría ninguna gracia leer que los Estados Unidos habían terminado su etapa de plenitud imperial y que se precipitaban hacia la pérdida de su hegemonía. Y menos que una de las potencias rivales emergentes, China, estaba a punto de entrar en una fase de expansión agresiva que la convertiría en el gran peligro del siglo XXI. Así en 1970 Deulofeu escribía: «aconsejaríamos a Estados Unidos que sin más espera abandonen la lucha de Vietnam y retiren sus tropas de Asia, porque contra China no tienen nada que hacer». Los Estados Unidos se retiraron en 1973. Y añadió que China «se amparará de todas las posesiones rusas en Asia y sólo se encontrará frente al Imperio nipón, que, como el alemán, entra ahora en la época de plenitud imperial».
Abelardo Gabancho, por su parte, abrió las puertas de Argentina en abril de 1978, donde recibió los elogios del mundo universitario. No en vano Deulofeu había pronosticado que dentro de unos 200 años nacería una nueva civilización en el continente sudamericano entre este estado, Uruguay y el sur de Brasil que se convertiría en la gran esperanza de la Humanidad.
¿Y el Estado español, qué?
En 1972 Deulofeu calculó que el Imperio español había nacido en 1479 cuando Fernando II sucedió a su padre como conde de Barcelona y rey de Aragón, consolidando la unión con Castilla, donde gobernaba Isabel I. Así, la suma era sencilla: 550 años de vida. Según Deulofeu el Imperio español, en decadencia desde la pérdida de Cuba y Filipinas, estaba destinado a desintegrarse hacia el 2029. «A 57 años del fin del Imperio español», escribió. A 11 años de hoy.
Con pronósticos como este la teoría de Alexandre Deulofeu ganó partidarios y detractores. Pero al morir en 1978, sólo había publicado 16 de los 22 volúmenes previstos1. Quedaba pendiente el gran objetivo: demostrar que la historia se repetía para, de este modo, evitar las guerras. ¿Qué sentido tendrían los conflictos bélicos si las potencias combatientes sabían cuando ascenderían y descenderían de manera inevitable? No en vano, el título completo de la obra del farmacéutico de Figueres era La paz mundial por la matemática de la historia2.
Los pronósticos cumplidos de Deulofeu.
1934. «El régimen yugoslavo se tambalea peligrosamente, y no tardaremos en verlo transformado en dos o tres repúblicas independientes».
1941. Deulofeu aseguró que Hitler perdería la Segunda Guerra Mundial.
1948. Deulofeu predijo la pérdida de las colonias francesas: «Francia acaba de entrar en la fase decadente. A partir de este momento el Imperio francés irá perdiendo gradualmente todas sus colonias». Efectivamente: Argelia, Indochina, Túnez y Marruecos se independizaron entre 1956 y 1962.
1951. «La URSS, en lugar de seguir una vía imperialista, va hacia la desintegración antes del año 2000.» Y sí: se deshizo en diciembre de 1991.
1970. Deulofeu aconseja a los Estados Unidos que se retiren de Vietnam.
1974. Deulofeu predijo que el mercado común europeo quedaría bajo hegemonía germana a partir de una Alemania ya unificada.
Evolución y caída de los imperios según Deulofeu.
Os mostramos las gráficas de los diferentes imperios europeos según la Matemática de la Historia. Todos tienen sus respectivas fases agresivas, depresivas y de plenitud pero cada imperio tiene un ritmo propio.
Entrevista a Juli Gutiérrez Deulofeu nieto de Alexandre Deulofeu.
«Debemos despersonalizar la historia».
–En los últimos años ha crecido mucho el interés por las tesis de su abuelo a raíz de la situación política en nuestro país… ¿Cómo vive usted esto?–
–Es verdad que el interés ahora es grande porque se están produciendo algunas coincidencias. Por ejemplo, hay una carta del 30 de junio de 1977 donde Deulofeu explica que los 40 próximos años serían buenos para Cataluña, que luego perdería parte de la autonomía y que, finalmente, la recentralización terminaría con la derrota española en 2029.–
–¿Qué lectura hace usted de estas predicciones hoy en día?–
–Yo creo que lo que nos viene a decir La matemática de la història es que no importa quién sea el líder político de turno. ¡Debemos despersonalizar la historia! Que Cataluña acabará siendo independiente es inevitable, pero no será un estado independiente como lo entendemos ahora. Alemania, que en las próximas décadas está destinada a gobernar la civilización occidental, tutelará la derrota ibérica y nuestra soberanía no será plena.–
–Quizá nuestros dirigentes deberían dar un vistazo a los escritos de Deulofeu de vez en cuando…–
–¡Sin duda! Creo que si los dirigentes la aceptaran, se acabarían buena parte de los conflictos. En el caso catalán, tras la consulta del 9N y las elecciones del 27S, los políticos independentistas, con La matemática de la historia en la mano, no deberían haber convocado el referéndum de1 1-O. Por otra parte, la monarquía, el Estado y demás detractores deberían haber hecho concesiones en lugar de reprimir. Porque el resultado final de todo ello el 2029 será el mismo, pero por el camino el sufrimiento habría sido menor.–
Los Estados Unidos se encontrarían en plenitud imperial y habrían iniciado un descenso muy gradual. Deulofeu auguró una «guerra» o conflicto con China por el control del océano Pacífico a lo largo del siglo XXI. No incluimos su gráfica porque Deulofeu no la dejó hecha.
«Su universalismo no discrimina a los pueblos entre superiores e inferiores».
Enric Pujol, historiador.
La matemática de la historia, más allá de su fiabilidad, merece ser tenida en consideración de la misma manera que se recogen las teorías de otros autores como Oswald Spengler o Arnold Toynbee, que tienen una concepción cíclica de la historia.
Intelectual comprometido.
Deulofeu tenía en cuenta la posibilidad de romper con el determinismo inherente a su teoría, en el momento en que la Humanidad fuera consciente de la mecánica que, según él, siguen los acontecimientos históricos. Además, su visión universalista no discrimina pueblos y civilizaciones entre superiores e inferiores: todos pasan por unas mismas fases en momentos históricos diferentes.
Personalmente pienso que no es una ley inexorable, de obligado cumplimiento, pero creo que conviene ser conocida porque marca tendencias y sobre todo sitúa la política y la historia reciente en una dimensión de larga duración que permite concebir cambios trascendentales que muy a menudo pensamos que son imposibles.
Un buen analista.
Su visión, que tiene tan presente el pasado de otros pueblos y civilizaciones (toda la historia de la Humanidad), le sirvió para hacer unas previsiones muy acertadas sobre la evolución de algunos imperios que han configurado el mundo moderno. Como analista político, demostró tener muy buen olfato. Y convendría tener presente su sugerente teoría sobre el origen del arte románico en la zona del Ampurdán-Rosellón.
Al margen de sus teorías, fue un personaje político relevante y un intelectual comprometido en favor de la cultura catalana durante los años treinta, el exilio y la dictadura franquista, y reconocido incluso por sus detractores.
«Rechazado por el mundo académico, Deulofeu preveía un futuro controvertido al terminar la Segunda Guerra Mundial: la pujanza de Alemania y Japón, la desintegración de la URSS y el fin de la hegemonía estadounidense.»
Los pronósticos pendientes de Deulofeu.
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La desintegración de España se producirá alrededor del año 2029.
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El declive de Francia comenzará durante este siglo XXI, periodo durante el cual Deulofeu vaticinaba una guerra civil. Según él, el imperio francés llegará a su implosión final a comienzos del siglo XXII.
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Escocia, Gales e Irlanda del Norte se separarán del Reino Unido a lo largo del siglo XXII.
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Alemania dominará Europa durante los próximos tres siglos y será el garante de la estabilidad y la paz europea. Eso sí, como contrapartida, los territorios deberán renunciar a una parte de su soberanía.
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Los Estados Unidos perderán la hegemonía con una larga decadencia, y tendrán un conflicto militar con China por dominio del océano Pacífico.
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China e India se expandirán agresivamente (China invadirá Siberia) porque están al final de su tercer ciclo3. Japón llega a su plenitud y será el contrapoder en Asia.
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Una nueva civilización (a la que Deulofeu llama «la gran esperanza de la Humanidad») nacerá dentro de 200 años entre el sur de Brasil, Uruguay y Argentina4.
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El norte de África ha entrado en un cuarto ciclo histórico. Los próximos 600 años vivirá una etapa de fragmentación territorial.
Para saber más: Para adentrarnos en el mundo de Deulofeu lo mejor que se puede hacer es leerlo directamente. Su libro se llama La paz mundial por la Matemática de la Història. También hay otro muy esclarecedor escrito por su nieto, Juli Gutiérrez: La matemàtica de la història. Alexandre Deulofeu o el pensador global (La matemática de la historia. Alexandre Deulofeu o el pensador global). En Youtube está disponible el documental coproducido por Visiona TV y TV3: Alexandre Deulofeu: l’historiador del futur (Alexandre Deulofeu: el historiador del futuro).
Pere Puig Periodista.
Notas:
1Alexandre Deulofeu preveyó en un principio la publicación de 22 volúmenes de la versión extensa de su Matemática de la Historia, pero a medida que pasaba el tiempo y iba publicando volúmenes se dio cuenta de que no llegaría a tiempo de publicarlos todos y publicó 8, más uno que se recuperó póstumamente. Entre el resto de volúmenes que publicó están sus memorias y los relativos al origen catalán de la cultura europea occidental o románico-gótica.
2La editorial Pòrtic publicó unas versiones resumidas, condensadas en volúmenes únicos de la Matemática de la Història de Alexandre Deulofeu. Una edición en catalán de 1970 titulada La pau al món per la matemàtica de la història y una edición en castellano de 1973 titulada La paz mundial por la matemática de la historia.
3Las civilizaciones o culturas de China y de la India se encuentran al final de sus respectivos terceros ciclos, pero a partir de la llamada Revolución Cultural nació en China un nuevo imperio, del mismo modo que hay un nuevo imperio en la India.
4Según Alexandre Deulofeu, en la zona comprendida entre la Argentina, Uruguay y el sur de Brasil hay una nueva cultura en su primer ciclo, que actualmente se encuentra en la fase creativa de fragmentación demográfica. Todavía le queda un tiempo para entrar en la fase de gran unificación.