Presentación libro de Juli Gutiérrez.
Museo del Juguete de Figueres 10 de abril del 2014.
La matemática de la historia Alexandre Deulofeu o el pensador global.
Narcís Oliveres.
Empezaré haciendo una puntualización previa. Siento la necesidad de hacerla. No puedo evitarlo. Rechazo con toda la energía de que sea capaz de manifestar, la denominación de profeta referida a Alexandre Deulofeu. No era un profeta. Una profecía es el nombre que se da a una predicción que proviene de una inspiración sobrenatural o divina que tienen ciertas personas. Nostradamus es el prototipo más paradigmático. Es indiscutiblemente el personaje que más tinta ha hecho correr, esencialmente referida a su visión profética. Era un personaje que dejó una obra fuera de lo común, dotada de un excepcional poder de fascinación. Es fluvial. Está precedida de una carta a su hijo César, a la que me referiré muy brevemente para decir que de entrada se da él mismo la condición de profeta ya que dice que le entrega una memoria escrita en provecho de los hombres a partir de lo que la divina esencia le hizo conocer con la ayuda del movimiento de los astros. Si se desea, se podría encontrar un cierto paralelismo entre las figuras de Nostradamus y Deulofeu: su condición de científicos. Nostradamus era médico y descubrió cómo se transmitía la peste e inventó cuatro siglos antes de Pasteur el método aséptico. En una época en que el ejercicio de la medicina tenía más de magia que de ciencia hizo un descubrimiento y encontró una cura, lo que sólo es posible por medio de observaciones, es decir de investigaciones. Pero en la carta mencionada a su hijo le dice que sus predicciones son afirmaciones astronómicas animadas por la única voluntad divina y, particularmente, por el espíritu de profecía. Es decir, no son el resultado de ninguna observación, de ningún análisis.
El estudio de Deulofeu, en cambio es el fruto de una cuidadosa investigación que culmina en el descubrimiento de una ley reguladora del proceso histórico de los pueblos y de las culturas. También hace un descubrimiento. Sus estudios de Farmacia y Ciencias Químicas hacen que se dé cuenta de la constancia y precisión de los hechos biológicos y que los procesos evolutivos son procesos matemáticos perfectos y concluye que si esta constancia se hace patente a los entes individuales también debe serlo cuando se aplica a una colectividad. Lejos de considerar su conclusión como definitiva su espíritu científico le lleva a investigar y comparar estos procesos.
La comparación es una figura retórica, pero también es una técnica que parte del estudio y del análisis de problemas concretos, actualiza conceptos y acerca objetivos y finalidades. Del estudio comparado, surgen elementos cognoscitivos indispensables en tanto que se obtiene un conocimiento que permite elaborar categorías clasificatorias para encuadrar y analizar procesos. Si sólo se analiza uno, ya sea con un criterio territorial o temporal, sustrayéndole de su contenido esencial lo convertimos en algo vacío.
Por ello, a la hora de analizar un proceso o se interpreta atendiendo el contenido político o el análisis no será coherente. Ningún análisis que se limite al conocimiento de los fenómenos surgidos en un solo ámbito nacional o estatal no es serio. Un examen de las diferentes experiencias, el estudio de las analogías, de las constantes históricas, conduce a la fijación y determinación de modelos a seguir y de objetivos a conseguir. Y también, no menos importante, de situaciones a evitar. La comparación, hoy, se impone como una necesidad, no sólo por los analistas políticos, sino ya por los que tienen que decidir en política, Cuando hablamos de decidir en política no nos referimos sólo a los políticos individualmente considerados. Los colectivos también reclaman el derecho a decidir.
Los resultados de Deulofeu fueron espectaculares y le permitieron establecer la ley que Francesc Pujols llamó MATEMÁTICA DE LA HISTORIA que enunciaré de forma sintetizada diciendo que las culturas que han existido (y las que han de existir) responden a unos procesos biológicos perfectos. Las culturas nacen, llegan a la madurez, decaen y mueren. Analiza todos y cada uno de los ciclos. No me extenderé. Os recomiendo el libro y escuchar con atención la presentación que hará su autor. Si que recuperaré una frase que acabo de utilizar «los colectivos reclaman el derecho a decidir». Deulofeu nos dice que éste es el verdadero régimen democrático y consecuente con su metodología de análisis comenta que el régimen democrático lleva en su seno el germen de su propia destrucción.
El primer volumen de la Matemática de la Historia fue publicado en 1957. Medio siglo más tarde Tzvetan Todorov, filósofo e historiador francés de origen búlgaro, conocido por sus ensayos sobre la memoria histórica y la democracia, ha publicado uno, también ensayo, que titula «los enemigos íntimos de la democracia» en el que afirma que la democracia segrega ella misma sus enemigos. Hago referencia para señalar la validez y permanencia de los análisis de Alexandre Deulofeu.
Sus predicciones son los resultados de unos análisis políticos rigurosos. Cuando en 1951, sólo seis años después de la derrota del nazismo, Alemania se encontraba ocupada, dividida, destruida política y económicamente, afirmaba que ésta se convertiría en el plazo de diez años en la primera potencia europea. También en 1951 pronosticaba que la Unión Soviética iría hacia la desintegración, lo que tendría lugar alrededor del año 2000 y de una manera repentina, tal como sucedió. Y es que Deulofeu, insisto, no fue un profeta, pero fue un analista político excepcional.
El libro de Juli Gutiérrez es un libro que hay que leer y releer con profundidad, y meditando bien su contenido. Algunos pasajes, especialmente las referencias al predominio alemán y en el escenario actual en Cataluña me han recordado algunas conversaciones mantenidas con él y con unos admiradores de la obra de su abuelo, amigos míos, que quisieron conocer y que se han desplazado a Figueres en varias ocasiones. Estos amigos tienen responsabilidades políticas en diferentes organismos y me gustó ver que compartían criterios y análisis. Y recordé el deseo de Deulofeu: Ojalá que la ley de la historia llegara a conocimiento de las directrices de la política mundial. De ser así y de amoldarse a la ley del Creador podrán evitarse muchas catástrofes.
Y para terminar, me vuelvo a referir al derecho a decidir, en este caso el derecho de Cataluña a convertirse en estado, a ejercer su soberanía. En una palabra, a ser independiente. El volumen 8 de la obra de tu abuelo al final del último capítulo, el 42, en la página 375 se dice que el hecho se producirá en los alrededores del 2029, pasaje que tú recoges en tu libro en la página 224.
Yo, tal vez debido a mi edad, soy impaciente. Participo en algunos actos en los que tomo la palabra. Casi todos los termino exponiendo el vaticinio de tu abuelo, pero añado, tras reiterar mi admiración por Alexandre Deulofeu, que deseo firmemente que en éste se haya equivocado. No puedo esperar el 2029.
Muchas gracias.
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