El escenario está preparado (I).
El futur de Catalunya
El futuro de Cataluña.
Me escribe Jordi Bilbeny: –«La consulta no la inventé yo»– es lo primero que me dice y continua y me sorprende y me hace sonreír, reír, diría. –«Yo lo que quería era un referéndum para proclamar la república independiente de Arenys de Munt»– afirma, sí, y se queda tan ancho. Y yo que pienso que no me equivoqué, en absoluto, aquella noche del 26 de enero de este año en el Centre Comarcal Lleidatà (Centro Comarcal Leridano), en Barcelona, donde fui invitado por el Institut Nova Historia (Instituto Nueva Historia) para hablar de Deulofeu y la Matemática de la Historia, y sobre todo para hablar de Cataluña de su inminente liberación nacional y sobre todo del papel capital, primerísimo en la futura construcción de Europa.
Conocí aquella noche una serie de personas que estoy seguro han de tener un papel indiscutible en la futura independencia de Cataluña. Hablaré de ellas seguidamente, pero antes quería recordar unas palabras de Deulofeu referidas a la realidad peninsular. Las podéis encontrar en la página 371 del volumen 8º de «La Matemática de la Historia».
«Hoy sabemos lo que pasará. Continuará la lucha entre un poder centralizado y los pueblos hispánicos que quieren volver al régimen de libertad… la desaparición del poder centralizado se producirá alrededor del año 2029».
Hoy sabemos lo que pasará, entonces ha llegado la hora de poner a enhebrar la aguja para que todo lo que haya de pasar pase de la mejor manera posible. En los últimos años ha quedado claro que el encaje dentro de España, en igualdad de condiciones, ha sido imposible. De hecho nos continúan tomando por el «pito del sereno». Solamente hay que ver la última decisión del infumable gobierno Zapatero, favoreciendo una vez más Andalucía con el abono de la deuda histórica y, lo que es mucho peor, favoreciendo una vez más la incapacidad productiva del estado resucitando las «peonadas». Somos, desde la pérdida de los dominios coloniales, la ubre del Estado y, por si esto no fuese suficiente, éste se ha encargado, con la connivencia de parte de las fuerzas políticas catalanas, de arruinar el país, tanto a nivel económico, como, lo que es peor, moral, anestesiando la conciencia nacional, diluyendo nuestro imaginario colectivo.
Ahora es la hora de asumir otra vez nuestro destino. Estoy de acuerdo que llevamos muchos siglos de opresión, de miedo, de dolor pero ha llegado la hora de dejar el pasado atrás. Hay que olvidar aquello del «pobre de mi». Ha llegado el momento de gestionar nuestras vidas, nuestros pensamientos, los motores de nuestra conciencia y caminar juntos por el camino que además nos marca perfectamente el nuevo paradigma deulofeuliano.
Y ha aparecido, porque había de aparecer un nuevo colectivo de hombres y mujeres que tienen perfectamente claro lo que se ha de hacer. El tiempo de pedir ha pasado a la historia. Ahora es la hora de coger aquello que nos pertenece, más cuando, el contrato firmado es incumplido sistemáticamente por la otra parte. Así lo hizo el conde Borrell II después de la última acometida de Almanzor contra Barcelona. El señor franco declinó de sus responsabilidades y nuestro conde tiró adelante.
Hoy, gracias a la iniciativa de los compatriotas de Arenys, Jordi Bilbeny, Josep Manel Ximenis, gracias a su valiente decisión Cataluña se hace presente en la esfera mundial. Al miedo de la clase política dirigente de nuestro país se enfrenta con fuerza, valentía y decisión el grupo de personas que han de liderar el movimiento de liberación nacional catalán. Un lobby económico que cada día se hará más grande, el Cercle Català de Negocis (Círculo Catalán de Negocios), con Ramon Carner, su presidente al frente de él.
No me equivoqué aquel día 26 de enero. Pensaba, cuando volvía hacia casa, cerca de las tres de la madrugada, que el oráculo deulofeuliano se volvía a cumplir pero que por primera vez en la historia de la humanidad se podía cambiar el fatal destino y demostrar a los pueblos de Europa cual es el camino que ha de seguir ésta para ocupar un papel de primera categoría en el escenario mundial, y, igual que en el alba del primer milenio, seremos los catalanes los que asentaremos las bases de la Europa futura, una Europa de naciones vernáculas, nacida del hundimiento definitivo de los viejos estados.
Juli Gutièrrez Deulofeu.
Mas Deulofeu, 21 de marzo de 2010.
Publicado en el Setmanari de l’Alt Empordà (Semanario del Alto Ampurdán).