Imperio viejo, imperio joven.
Alexandre Deulofeu, creador de la Matemática de la Historia, afirma que en un enfrentamiento entre dos imperios siempre acaba ganando el más joven. En las guerras napoleónicas, es el caso del Imperio Francés que siempre derrota al más viejo Imperio Austríaco, pero que acaba derrotado, a su vez, por el más joven Imperio Inglés.
El imperio más joven es como una persona joven, es más capaz de aprender aquellas innovaciones que le reportan ventaja ante el imperio más viejo. En cambio, a un imperio viejo, como a una persona vieja, le gusta hacer las cosas del mismo modo que las hacía antes.
El Imperio Español, cuando empieza, lo primero que hace es invertir en ciencia y lo hace en la ciencia del descubrimiento de nuevos mundos. Como bien nos recuerda este Sherlock Holmes de la historia que es Jordi Bilbeny, los Reyes Católicos acuerdan un contrato con el Almirante catalán Joan Colom i Bertran, las Capitulaciones de Santa Fe. Joan Colom empezará a firmar Cristo Ferens, el portador de Cristo, por ser quien lleva el cristianismo más allá del Atlántico. Tres naves atraviesan el espacio que separa Europa de las Américas y conectan éstas permanentemente con el Viejo Continente. A la vuelta, Colom es recibido triunfalmente en Barcelona, donde tenía su casa.
Pasan los años y aquel joven Imperio Español pasa la fase federal. Después, la depresión imperial que se conoce con el nombre de Guerra de Sucesión, donde los pueblos de lengua catalana ven perdidas sus libertades. Entra a continuación en la breve segunda fase agresiva absolutista de la mano de Alberoni. La concurrencia de enemigos disuade aquel imperio de conquistar el resto del mundo. Con Carlos III, el Rey Alcalde que embellece Madrid, llega a su etapa conservadora de plenitud. Sus sucesores vivirían la decadencia y la pérdida progresiva de sus colonias, empezando por las que están alejadas del cuerpo del imperio.
Cuando en el siglo XIX otro catalán llamado Narcís Monturiol inventa las técnicas necesarias para construir el primer submarino científico tripulado, a diferencia de Colom no encuentra un significativo apoyo institucional a su propuesta. Posteriormente, el cartaginés Isaac Peral desarrolla el primer submarino militar dotado de lanzatorpedos y es rechazado por militares de marina de más alta graduación. Al poco de la muerte de Peral, en Cuba y Filipinas el Imperio Español se ve incapaz de oponer las oportunas flotas de submarinos que hubieran podido hundir las naves con casco de acero del joven Imperio Estadounidense y es derrotado con barcos de cascos de madera, del mismo modo que, en mayo de 1905 en Tsushima, la más moderna flota del joven Imperio Nipón vence la del más viejo Imperio de Moscú.
Dentro del Imperio Español casi sólo permanecen las colonias que están adosadas a la Metrópoli, como bien dice Juli Gutièrrez Deulofeu, a la espera del golpe de mazo que reduzca aquel a unas colonias de la potencia alemana, también llamada Unión Europea. Por suerte, Alemania ya ha superado las dos fases agresivas, se encuentra en la fase conservadora de plenitud y rige los destinos de Europa mediante el comercio y la diplomacia. Los pueblos del viejo Imperio Español que quieran podrán alcanzar una independencia que en un principio será relativa, de la misma forma que los estados de América Latina lograron una independencia relativa que les ha durado, aproximadamente, unos doscientos años, tras los cuales comienzan a romper sus cadenas.
Brauli Tamarit Tamarit.
Viernes, 8 de Marzo del 2019.