España en uno.
Ciclos Generacionales. Miércoles, 24 de Enero del 2018.
Umbrales.
2014 fue un año crítico. Se dieron tal cantidad de hechos, que no pasará desapercibido en la Historia. Repasemos:
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El rey Juan Carlos I abdica; aparentemente así, por las buenas.
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Aparecen nuevas opciones políticas que amenazan el turnismo de los partidos políticos dominantes.
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Catalunya realiza un acto que rompe los consensos aceptados del Estado, mediante referéndum popular no vinculante. O sea, sólo aparentemente inofensivo.
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Finalmente, se pide a la Unión Europea un largamente esperado rescate, pero con destino a la Banca, no al país. Significativo. De nuevo, aparentemente no es un rescate como los demás.
El cambio de jefe de Estado fue el más señalado, porque de algún modo arrastra los demás y es consecuencia de ellos. Por supuesto no hay casualidades, sino premeditación. Decidido en enero (nos dicen), comunicado en marzo, anunciado en junio.
Sólo hay que leer el discurso, en el que se destaca la frase «una nueva generación reclama con justa causa el papel protagonista, el mismo que correspondió en una coyuntura crucial de nuestra historia a la generación a la que yo pertenezco». Por supuesto, está colocada ahí con toda la intención de renovar la estafa, la misma estafa, con actores más jóvenes que la perpetúen. Justo en el momento en que la población había perdido suficiente confianza en el jefe de Estado como para plantearse la idea de su utilidad y su papel.
Estaba claro que no se podía mantener la situación más tiempo, y que todo fue más precipitado de lo que ya de por sí traslucía. Para empezar, se prepara la abdicación durante 6 meses y luego resulta que no hay una ley de sucesión que lo prevea. Hubieran podido prepararla desde hace una década, tras la primera nieta, pero hubo que esperar al último minuto. Y entonces aprobarlo en pleno verano a toda prisa, como si eso evitara el debate. Pero cuanto menos discutas, más ganan.
Pero importa poco, España está demasiado ocupada en buscarse la vida.
Para más inri, el heredero no parecía muy hecho a la idea, y el nerviosismo se le transparentaba en la garganta por la acción de un par de estridentes gallos. Como él, todos nos habíamos hecho a la idea de que el juancarlismo no se acabaría nunca. Y aquí viene lo mejor: 4 décadas antes pasó algo parecido con el dictador, lo que explica que le alargaran la vida durante 40 agónicos días hasta el punto de someterlo a hipotermia en los momentos más desesperados. A Juan Carlos también lo coronaron a toda prisa.
Sin embargo, lo interesante es la duración. Este blog trata justamente de ello y es en lo que nos vamos a centrar.
El reinado de Juan Carlos I ha durado 39 años, los mismos que la dictadura de Francisco Franco, y en ambos casos el país ha entrado en una etapa completamente distinta.
No me podía quitar la cifra de la cabeza. ¿Estará España dando un vuelco? Si retrocedemos 39 años más, vamos a parar al estallido de la guerra civil, y con otro salto caemos en la antesala de la guerra de Cuba, o más bien de la pérdida de Cuba. Concretamente en el verano de 1897, cuyo momento más destacado es el asesinato de Cánovas del Castillo. El arquitecto de la 2ª restauración borbónica (técnicamente hablando, la primera se produjo con la huida de José Bonaparte) dejó al país políticamente huérfano ante un cambio inevitable, y los norteamericanos estaban listos para sacar partido.
Esa era la clave, entonces: la dilación y el aferrarse a la situación conocida provoca una acumulación de tensión tan alta que acaba liberándose de modo dramático o violento. Hay que resolver un problema colectivo y los grupos de poder han de desencallar la situación empujando los equilibrios de poder mediante el paso a una generación nueva; posiblemente, hayan evolucionado como sistema a base de completar plazos fijos para resolver estos temas, no importa si la siguiente generación es peor, o menos capaz que la anterior.
De modo que la abdicación del rey no es más que un modo de aligerar la presión social, para hacerla más soportable usando caras nuevas.
Esto también significa que una misma manera de hacer las cosas, de ordenar el colectivo, tiene un periodo de vigencia limitado. Los que se encuentran en ocasiones clave deben aprovechar el tren porque su ventana de oportunidad es muy concreta.
Mencionamos todo esto porque siempre hay quien cree que hablamos de esoterismo. Nada más alejado de nuestra intención, aunque para quien quiera ver las cosas de esa manera hay opciones mejores.
Panorámica de la Historia.
¿Por qué detenerse en la guerra de Cuba? ¿Acaso no hay historia antes de eso? ¿Qué impide que los equilibrios de poder se reestabilicen una y otra vez? Al fin y al cabo, en sociología existe el concepto de «reproducción social». Lo que somos, lo que creemos, las actitudes públicas y privadas o las estructuras sociales son transmitidas de generación en generación. ¿Y si lo hubieran hecho desde muy antaño?
Yo tenía el conocimiento de la teoría cíclica de Deulofeu, la cual me lleva hasta el reinado de los Reyes Católicos de forma continua. Así que sólo había que contar años en saltos de 39 hasta que perdiera la pista. Esto es lo que hallé:
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2014: abdicación de Juan Carlos I.
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1975: Muerte de Franco, fin oficial del franquismo.
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1936: Estalla la Guerra Civil Española.
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1897: Asesinato de Cánovas del Castillo. Guerra hispano-norteamericana.
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1858: Inicio del «Gobierno Largo» liberal, el más largo que haya habido en España.
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1819: Pronunciamiento de Riego (enero de 1820).
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1780: Intervención en la Guerra Civil Norteamericana (junto con Francia).
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1741: Enfermedad irreversible de Felipe V. La reina gobierna «de facto».
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1702: Estalla la Guerra de Sucesión Española.
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1663: Batalla de Ameixial, derrota española definitiva ante Portugal.
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1624: Presentación del Memorial del Conde Duque de Olivares.
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1585: Guerra con Inglaterra y con los Países Bajos.
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1546: Concilio de Trento.
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1507: Muere Felipe I y vuelve Fernando el Católico.
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1468: Negociaciones para la boda de los Reyes Católicos (1469).
Es importante ver aquí que cada fecha marca un cambio en la forma de vivir y gobernarse. (daremos más detalles de cada caso). Si podemos establecer una cadena con pasos de 39 años, tal vez tengamos el periodo que une los puntos críticos dentro del esquema propuesto por Deulofeu para un periodo imperial. De acuerdo con su teoría cíclica, el imperio comienza en 1479 con el reinado de Isabel y Fernando, llegando aproximadamente a su fin en 2029, pero acogerse a la fecha de 1469 (el matrimonio) también es posible. Eso arroja como fecha final 2019, y parece probable por motivos que desarrollaremos en este blog. Aunque algunas son bastante evidentes.
¿Por qué 39?
Es un hecho que España funciona así, pero ese número en concreto parece aleatorio. Si se trata de una misma generación, lo más parecido a esa cifra es el periodo de vida activa de una persona. Tal vez.
Sin embargo, el doble de esa cifra, 78, se parece más a la esperanza de vida de una persona. Hay pues dos mitades: 39 años de dictadura y 39 de apertura, lo cual parece tener sentido. Es lo que Trevijano llama la «ley del péndulo», y le damos la razón, pero queremos expresarlo de otro modo.
De padres a hijos.
En Sociología existe el concepto de «reproducción social». Las estructuras de la familia, las culturales, las sociales, las económicas, etc. se transmiten de generación en generación. Esta herencia, tanto de virtudes como de defectos, podemos comprenderla como propagación de información: una señal. Si esta señal se expresara como una onda, esta tendría una semionda positiva y una semionda negativa, pudiéndose así comprender la analogía del péndulo como la repetición de los mismos pasos pero con un simple cambio de polaridad. «Seny i rauxa», prudencia y osadía; represión y destape… Cada cultura tiene su dicotomía.
Esto acaba de comenzar.
Salud y hasta pronto.
Enlace de la entrada de blog original titulado «Ciclos Generacionales», en castellano e inglés:
https://timecycleblog.wordpress.com/2017/01/24/espana-en-unospain-in-one/