Empordà. Martes, 15 de Noviembre de 2016. Página 31.
Opinión. Actualidad. Dictamen.
Entre Trump y Deulofeu.
Francesc Canet. Ex diputado en el Congreso.
Escribir una columna cada quince días plantea, a veces, un problema: tienes en la cabeza dos temas de los que te gustaría hablar y, además, piensas que caducarán si esperas dos semanas. Por lo tanto, voy a tirar directamente y escribir un poco de cada uno.
Trump. Para un profesor de historia, valorar la elección del magnate como presidente de los Estados Unidos es apasionante. Básicamente, porque procuras hacer entender en el aula que la «historia a distancia» –cronològica o física– conduce casi siempre al error de análisis. Hay que saber situarse en (entender) el «lugar y momento». Ahora, consumado el desastre, todo el mundo ve que Trump es síntoma de un problema global. Un término al que nos debemos habituar. El Presidente Trump es la consecuencia de unas políticas que han agredido sectores sociales de muchos países occidentales. Pienso que acierta Daron Acemoglu (economista de prestigio mundial) señalando «la desmedida influencia de las corporaciones y la banca en las decisiones políticas y las ayudas multimillonarias para salvar la banca, mientras que nadie se planteó ayudar a los millones de hogares que sufrían desempleo o desahucios, ni se abordaron los problemas de abandono y delincuencia de barrios enteros». Pensamos en ello. El mal es global. La respuesta, en las urnas del mundo occidental, también puede serlo.
Deulofeu. El sábado, en un Teatro Jardín lleno hasta la bandera –agradable sorpresa– se estrenó el documental dedicado al insigne figuerense. Farmacéutico, hombre del renacimiento, alcalde en tiempos de convulsión, historiador del futuro… son algunos de los epítetos que se le dedican a lo largo de los 53 minutos del trabajo periodístico. Un trabajo documental riguroso, que pone de relieve una vida de trabajo y compromiso, en la que el estudio de una matemática de la historia es el trazo que más sobresale intelectualmente. Lógico, porque anima pensar que se pueden hacer predicciones de futuro a partir del análisis histórico. Si bien en el mérito está también la penitencia en forma de cierto desdén del mundo de la historiografía. Por eso, porque vivió una vida de compromiso con unas ideas –República, Cataluña, preocupación por los débiles…– y porque desafió el mundo acomodaticio de los historiadores, el documental hacía falta. Sin imágenes de archivo demasiado solventes, el resultado tiene mucho mérito. El héroe de todo ello ha sido Juli Gutièrrez Deulofeu, nieto de Alexandre, sin la tozudez del cual el documental no se habría ni planteado. Felicidades.