Ara 30/12/2012
Xavier Theros
Tras sobrevivir al apocalipsis maya, echamos un vistazo a las profecías de Alexandre Deulofeu, un estudioso y farmacéutico figuerense que, entre otras predicciones, pronosticó la independencia de Cataluña para el año 2029. Xavier Theros.
Nostradamus en el Empordà Alexandre Deulofeu, el mas de Ordis a principios de los 70.
Recientemente, durante un acto en el Hotel Majestic de Barcelona, Santiago Niño Becerra pronosticó que España no saldría de la crisis actual hasta el año 2025, y que esta situación podría llevar a la creación de un estado catalán propio. No sabemos si conscientemente o no, este prestigioso economista de la UB coincidía con los pronósticos de un heterodoxo ampurdanés. El final del año es el momento de sacar del cajón los profetas y sus profecías. ¿Y este 2012 quién mejor que Alexandre Deulofeu, un farmacéutico, músico, historiador y vidente aficionado, que hizo una serie de predicciones cumplidas con una precisión alucinante? Las habilidades de este polifacético personaje quizás están relacionadas con la calle Monturiol de Figueres, donde su padre regentaba una farmacia. Justo al lado vivía Salvador Dalí, con quien compartiría una gran amistad. Tras licenciarse en farmacia y ciencias, en 1931 Deulofeu fue elegido presidente de las juventudes locales de ERC. Y en 1934 publicaba el ensayo Catalunya i l’Europa futura (Catalunya y la Europa futura), donde hizo las primeras predicciones.
Amigo de Dalí y Pujols.
Cuando estalló la Guerra Civil, el joven farmacéutico era el alcalde accidental de Figueres, ya que el titular había ido a una reunión en Barcelona. Dos años más tarde, harto del desbarajuste de aquel conflicto, se exilió en la ciudad de Montpellier. En Francia hizo varios oficios mientras estudiaba historia, experimentó en abonos químicos para plantaciones sin tierra y se dedicó a tocar el piano y el violín por los cafés. Allí conoció Francesc Pujols, con quien inicia una duradera colaboración. De vuelta a Cataluña, el año 1951, publicaría La Matemàtica de la història (La matemática de la historia), su obra capital, con un largo prólogo de Pujols. Un libro que iría seguido, en 1961, de L’Empordà, bressol de l’art romànic (L’Empordà, cuna del arte románico), en el que defendía que la cultura occidental en la Edad Media había nacido en el Rosellón y el norte de Cataluña. En 1978 fue invitado a hacer una serie de conferencias en Argentina y poco después murió de cáncer, el 27 de diciembre de ese mismo año.
Su tesis defiende que cada civilización tiene una duración de 5.100 años, dividida en tres fases de 1.700 años cada una de ascenso, plenitud y decadencia. Los diversos imperios que surgen en cada uno de estos períodos tienen una extensión de 550 años, también divididos en tres fases de ascenso agresivo, plenitud conservadora y desintegración final. Bajo esta premisa comenzó estudiando la Grecia clásica, y pronto encontró que podía aplicar el mismo modelo a cualquier cultura. Por ejemplo, en 1934 predijo la Segunda Guerra Mundial y la derrota de la Alemania nazi. Según escribió, terminados los combates sólo quedarían vigentes los regímenes dictatoriales en España y Yugoslavia, un país que vaticinó que se desmembró en diferentes estados independientes antes de acabar el siglo XX. Asimismo, pronosticó el fin del imperio inglés, del cual no sólo se separarían India y las colonias africanas, sino también Irlanda, Escocia y el País de Gales. Dijo lo mismo del imperio francés, que acabaría viviendo una guerra civil.
Profecías cumplidas..
Sin embargo, las predicciones más sorprendentes las hizo entre 1948 y 1951, cuando pronosticó la caída del comunismo. Según dejó escrito, la URSS se derrumbaría antes de acabar el siglo, justo después de la caída del Muro de Berlín. También avanzó la victoria occidental en la Guerra Fría sin necesidad de combatir. Y la reunificación de Alemania en los alrededores del año 2000, lo que daría paso a una Europa unida. En su momento, Deulofeu defendió que la caída del comunismo en la URSS y a sus satélites no afectaría a los gobiernos comunistas de Extremo Oriente. En especial, en China, donde continuaría gracias a un régimen mixto que, sin abandonar el marxismo, aceptaría las reglas del mercado capitalista.
De todas las profecías que hizo Deulofeu, muchas aún deben cumplirse. El tiempo nos irá revelando qué grado de acierto tenía su sistema -medio matemático, medio esotérico- para adivinar el futuro de los países y las civilizaciones.