Doble oposición.
Ciclos Generacionales. Domingo, 23 de julio de 2023.
Doble oposición.
Por Josep Bou Ferreiro.
Está claro que la famosa Agenda 2030 es una creación Occidental que intentan exportar a todo el que se deje hacer, aunque el beneficiario sea siempre el mismo. Eso lo hemos visto desde que empezó el siglo: Primero con las guerras en Oriente Medio, luego con la Deuda, la psicosis sanitaria, el pánico climático y ¿cómo no? la erosión de la masculinidad. El objetivo de desindustrializar Europa y remilitarizarla, ocuparla y quitarse de encima el excedente de mano de obra no apta para la próxima revolución tecnológica, la del control total, es tan evidente que suscita desde el primer momento, fuerte y creciente oposición.
Ahora bien, no confundamos la oposición de sectores que hasta no hace tanto defendían el statu quo, el de los que siempre han querido retroceder a posiciones tradicionalistas, el de los rupturistas con todo y el de la gente común y algo más despierta, que simplemente ven que el mundo se vuelve loco.
Este tipo de torbellino siempre antecede a esos cambios totalitarios, los cuales por desgracia buscan llevarse por delante a la gente más interesante de la sociedad. Se vivió en la oposición a la «Nueva Planta» en el imperio español (que fue bastante más que una guerra sucesoria); en la Revolución Francesa, previa a Napoleón; en la Alemania de los años 30 del sigo XX y ahora.
Todo ello es lo que la Matemática de la Historia califica como «Segundo Proceso Agresivo», que está alcanzando a los Estados Unidos. De hecho, vivimos la crisis que anticipa ese proceso, algo que los ingenieros sociales capean sin mucha sutileza, la verdad.
¿Por qué creen, si no, que la formación de bloques antagónicos se está acelerando? ¿Por qué publicitar una guerra en el Este de Europa tan atronadoramente, si no es para condicionar al espectador a que acepte medidas disparatadas? Pues porque se combinan dos efectos:
1. La disgregación del modelo dominante de depredación colonial-mercantil unipolar, hacia otro multipolar. No su desaparición.
2. La oposición a un nuevo gigante autoritario para evitar su segundo proceso agresivo. Damos las fechas entre 2029 y 2033 para la aparición de un caudillaje americano remilitarizado.
Entonces, la oposición interna no es polarización, sino directamente una segregación entre partidarios y detractores. Ya no es una separación partidista, sino más profunda, social.
Casos.
Este tipo de conflictos se produce normalmente, siempre de acuerdo con la Matemática de la Historia, en dos momentos del periodo de concentración demográfico de los imperios, aunque deberíamos incluir un tercero.
1. El inicio del segundo proceso agresivo: el imperio deja de ser federal, ha agotado sus posibilidades y ha llegado al fondo de su decadencia política, social y económica. El caudillaje, el autoritarismo y la creación de un modelo social y humano sintético, eliminando toda diferencia incluso por la fuerza, es la característica. Lógicamente, sufre oposición transversal de unos y exige adhesión incondicional a los partidarios.
2. El periodo en que se evidencia que el imperio ha perdido totalmente su poder colonial y las masas sociales reclaman su parte: se produce una ruptura.
3. A menudo, en las etapas previas al inicio del primer proceso agresivo, es una crisis la que desencadena revoluciones y revela la incapacidad de estados individuales para solucionar sus problemas propios o comunes. Esto suele resolverse con la unificación bajo una misma autoridad común, opuesta a los que querrían permanecer independientes.
Ejemplo del primer caso es la situación norteamericana actual, con Trump y Robert Kennedy junior oponiéndose a las políticas actuales; también son ejemplo la Revolución Francesa y el ascenso del nazismo, entre otros, como ya hemos dicho.
Ejemplo del segundo caso es la situación francesa actual, con Le Pen y Mélenchon (enemigos ideológicos) coincidiendo contra medidas del gobierno francés, como el pasaporte sanitario o la reforma de las pensiones. Sin contar con el extrañamiento de las masas inmigrantes. Es la misma ruptura que desencadenó la renuncia de los Borbones en España y desembocó en la Guerra Civil de 1936, al tener anarquistas y comunistas (entre otros) abogando por la revolución, a partidos parlamentarios pro-republicanos y la extrema derecha queriendo derribar el orden de cosas; o la Revolución Rusa de 1917 (deberíamos decir revoluciones, pues la de octubre fue la segunda, tras otra socialdemócrata).
Por lo tanto, hemos de ver las similitudes, pero también las diferencias. Todos los procesos se parecen entre sí, pero se generan por motivos distintos, aunque se asemejen en su aspecto o sus detalle ideológicos, llegando incluso a iniciarse por simpatía cuando alcanzan un estado crítico, como en una explosión.
El tercer caso debería considerarse como los dolores de un parto. Tenemos a clases dirigentes que quieren permanecer en su estatus dominante, aunque la estructura política que capitanean no baste para gestionar una situación mucho más amplia y compleja; al alcanzarse una agitación social y política demasiado grande, como para perder el control, se acaba apostando por una autoridad superior.
Ejemplo de esto es la creación de los Estados Unidos de América, estado federal que, tras su guerra de independencia, vagó entre reconocer la monarquía inglesa (al estilo del futuro Canadá) y la Confederación. Es posible que ninguna de esos dos extremos le hubiese permitido la expansión posterior.
Otros ejemplos son: La guerra civil catalana de la segunda mitad del siglo XV, las guerras con Castilla de la misma época, los conflictos interreligiosos de la Francia de finales del siglo XVI, o la rivalidad entre la reina Isabel I de Inglaterra con la reina María I de Escocia.
Así pues, distingamos los casos y sus consecuencias.
Hasta pronto, cuídense.
Enlace del artículo original en castellano:
https://timecycleblog.wordpress.com/2023/07/23/doble-oposicion/