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Tribuna. Opinión.
Deulofeu y la paz.
Brauli Tamarit Tamarit. Equipo Matemática de la Historia.
En la presentación en Girona del recomendable documental Alexandre Deulofeu, l’historiador del futur (Alexandre Deulofeu, el historiador del futuro), David de Montserrat aportó la noticia de que quizá Alexandre Deulofeu fue candidato al Premio Nobel de la Paz en 1975 desde Venezuela, al mismo tiempo que Xirinacs lo fue desde Cataluña. El entramado del secreto se desvelará en 2025, una vez pasados 50 años. El historiador Juli Gutièrrez Deulofeu, su nieto, ha preservado y continúa desarrollando el valioso modelo creado por su abuelo.
Alexandre Deulofeu creó La Matemática de la Historia, un modelo que explica el patrón de ciclos vitales que caracterizan las civilizaciones y los imperios. Por un lado, observa que todas las civilizaciones tienen hasta tres ciclos de unos 1700 años. Cada uno tiene una primera fase creativa de fragmentación demográfica de unos 650 años, y una segunda de gran unificación de unos 1050 años que acaba produciendo imperios de una duración de unos 550 años. Por otro lado, destaca que los imperios tienen dos fases agresivas, una primera federal y una segunda absolutista. En ambas, el imperio aspira a la dominación mundial. Una vez derrotado el imperio en la segunda fase agresiva, se convence de que no puede dominar el mundo. Pero Deulofeu observa que un imperio no puede nunca someter unos pueblos que se encuentran en la fase de fragmentación demográfica1 y que, cuando se produce un enfrentamiento entre dos imperios, gana el más joven2. El abuelo Deulofeu afirma que, después del tercer ciclo de civilización, aquella cultura desaparece con sus rasgos característicos. Pero su nieto descubre, como ha podido estudiar en el área de Asia suroccidental y el norte de África, que surge un cuarto ciclo de una nueva cultura con sus sucesivas fases de fragmentación y de gran unificación. E incluso un quinto.
Atendiendo a la gran extensión de nuestro planeta y la diversidad de pueblos que conviven, sabemos que siempre habrá territorios en fase de fragmentación. Sólo con este dato ya podemos deducir que ningún imperio no puede alcanzar nunca su objetivo de conseguir la dominación mundial. Además, en el caso de que un imperio sea suficientemente decidido para intentar, furiosamente, la conquista planetaria, difícilmente podrá llegar a esta meta, porque probablemente aparecerá en algún otro rincón de la Tierra un imperio más joven contra el que le será imposible disputar la hegemonía. Esto nos lleva inevitablemente a recordar la propuesta de Alexandre Deulofeu manifestada ya en su primer libro Catalunya i l’Europa futura (Catalunya y la Europa futura), en el que reivindica la mejor solución para alcanzar la paz mundial. Ahora sabemos que no es sólo la mejor solución, sino que es probablemente la única: la confederación mundial de pueblos libres, con sus respectivas confederaciones continentales.
Enlace del artículo original en catalán:
http://www.elpuntavui.cat/opinio/article/8-articles/1034127-deulofeu-i-la-pau.html
Notas:
1Es el caso del imperio persa de Darío I contra las ciudades libres griegas, el de Carlos I de Habsburgo contra los príncipes alemanes protestantes o el de Felipe II contra los Países Bajos.
2Ejemplo es el imperio francés de Napoleón I, capaz de derrotar al imperio austríaco, pero que es vencido, a su vez, por el imperio inglés.